lunes, 30 de mayo de 2011

Cómo encontramos a los gatitos.

Aquí estoy, intentando no morir en el intento de que los gatitos sobrevivan. Y es que estou es muchísimo más dificil de lo que parecía, y empezamos a estar todos muy cansados de las tomas cada 3 horas y las noches sin dormir.

De hecho la pequeña está durmiendo la siesta porque está agotada. Por las noches no duerme bien y se levanta en cada toma de los pequeños, además se quiere venir a dormir a nuestra cama. Nunca hemos tenido problemas en colechar con ella cuando ha querido, pero esta vez soy más reticente porque así la despierta el móvil con la alarma para las tomas, pero de todos modos en su habitación tampoco duerme porque cada vez que escucha ruído se levanta. Supongo que también quiere estar cerquita de sus nuevas mascotas por si les pasa algo.
Me asombra un montón lo pendiente que está de ellas y lo mucho que se ha responsabilizado de su cuidado.

Pero empecemos por el principio, cómo han llegado estos bichitos a nuestra vida.
El viernes por la tarde nos fuimos los tres al parque y a dar un paseo. Cuando volvíamos para casa por una zona peatonal la nena iba un poco separada de nosotros, jugando, cuando al pasar al lado de unos arbustos se quedó quieta y gritó GATO GATO GATO. Nosotros nos acercamos y miramos, al principio no veíamos nada, pero escuchábamos el maullido de los gatitos. Hasta que mi novio reparó en una bolsa de plástico que estaba estre los arbustos y parecía que los maullidos venían de ella.
Como no sabíamos bien lo que había en la bolsa y para que la nena no tuviese que ver nada poco apropiado papá se la llevó a otra parte con la escusa de seguir buscando al gato mientras yo cogía la bolsa y la abría para encontrame con 4 gatitos, entre todos no hacían ni un palmo. Dos eran los que maullaban como locos y más se movían, otro estaba quieto pero respiraba y el otro, estaba helado, el pobre ya había muerto. Así que vacié la mochila de la merienda da la nena y metí a los gatitos tapádolos con mi chaqueta. La niña que de tonta no tiene un pelo vino corriendo en cuanto me vió con la operación cambio de sitio y se volvió como loca con los gatitos bebés.

Le explicamos que eran muy pequeñitos y que mamá tenía que llevarlos al médico, mientras ella y papá se iban a casita. La niña me escuchaba mientras miraba con los ojos como platos a los bebés. Así que yo me fuí a una clícina veterinaria que hay cerca de mi casa con la esperanza de que no estuviese cerrada, y sin saber muy bien qué iba a hacer. La verdad es que estaba actuaba como una autómata, sabía que lo que debía hacer era llevarlos al veterinario, pero en ningún momento me paré a pensar en el después.
La niña se quedó llorando y gritando porque quería venir conmigo, pero al final se tranquilizó y convenció a papá de ir a comprar cositas para los gatos. (Mal hecho, porque en ese momento no sabíamos nada y la nena se estaba haciendo ilusiones)

Total que llego yo a la consulta del veterinario con cuatro gatitos en una mochila infantil. El veterinario muy atento los examina, y lo primero que me dice tal y como ya sabía es que el gatito negro estaba muerto. En cuanto al otro que no se movía me dijo que dudaba mucho que lograse sobrevivir y que los otros dos tenían posibilidades. Me comentó también que los gatitos tendrían como mucho 3 o 4 días, aún no tenían los ojos abiertos y me dijo que con toda probabilidad fuesen 3 machos y una hembra, aunque era pronto y podía equivocarse. Me preguntó si pensaba quedarme con los gatos o si llamaba a una protectora y en ese momento, sin pensármelo ni un minuto, le dije que claro que me los quedaba.

Como me esta quedando un post muy largo y aún me queda mucho por contar seguiré haciéndolo en otro, que tampoco quiero que quede tan largo que sea infumable.

jueves, 26 de mayo de 2011

Después de tanto tiempo...

Hoy hace justo un mes desde mi último post y no es precisamente porque tenga poco que contar. Desde que no escribo hasta hoy nuestra vida ha dado un cambio enorme. Han sido un cúmulo de circunstancias las que han hecho que no me sentara a escribir hasta ahora y que intentaré ir contando poco a poco para no hacer un post muy largo. Ahora os contaré por encima los tres hechos más importantes, por orden de llegada.

-El 30 de abril murió una de las hermanas de mi abuela. Tenía 84 años y era una vieja gruñona y solitaria que nunca se llevó bien con la familia, de la que ya os hablaré pués da para mucho la vida de esta señora. Pues resulta que la tia me ha dejado en herencia (no tiene familia directa) la casa en la que vivió y una buena cantidad de dinero. Así que he tenido que hacer (y aún quedan algunas cosas) un montón de papeleo, que no veas lo costoso que sale heredar...

-¡¡He estado trabajando 15 días!! Estoy en listas de subsituciones como maestra y he tenido que rechazar durante este curso hacer algunas por cuestiones logísticas. Pero esta vez el destino que me ha tocado era relativamente cerca y he podido hacerlo.

-Y por último, pero no por eso menos importante, somos dos más en la familia. Desde el viernes tenemos un gatito y una gatita que tienen poco más de una semana de vida y a los que hay que dar el biberón cada 2-3 horas. Ya os contaré más pormenorizadamente pero como resumen diré que los encontramos en una bolsa de plástico, eran cuatro, uno ya estaba muerto y el otro se murió en el veterinario. Ahora sólo espero que estos puedan salir adelante.

Como podeis ver tengo mucho que contar, así que espero poder ir escribiendo poco a poco para no sobresaturar de golpe.

martes, 26 de abril de 2011

Mi hija es mala comedora con riesgo de malnutrición

Navegando por este mundo que es internet me he encontrado con una página web "mihijonomecome" de Abott Laboratories en la que se habla sobre los niños que "comen mal" y te dan la solución perfecta, sus productos complementarios de PediaSure.

En la propia página hay un apartado en el que puedes comprobar, con un test, si tu hijo es o no mal comedor. Son seis preguntas, si contestas que si a dos o más te aparece lo siguiente: Al haber marcado dos o más respuestas como SÍ, tu hijo puede ser un “malcomedor” con riesgo de malnutrición. Esta información es orientativa; ante cualquier duda consulta con tu pediatra.

Teniendo en cuenta las afirmaciones que aparecen es bastante probable que ese sea nuestro resultado, pues son las siguientes:
-1. ¿Toma tu hijo sólo un número limitado de alimentos?
Esta pregunta, bajo mi punto de vista tiene trampa. Normalmente todos tomamos un "número límitado" de alimentos, puede ser más o menos amplio, preparado de más o menos formas diferentes.
Con esto me refiero a que en mi casa las carnes que comemos son siempre las mismas: pollo, pavo, ternera, cerdo y ocasionalmente conejo. En pescados aunque de vez en cuando variamos en función de que veamos en la pescadería, el "Top 5" son la merluza, el salmón, la lubina, el lenguado y el gallo. Y así podría seguir con las verduras que solemos comer, las frutas, ect...
-2. ¿Rechaza tu hijo probar alimentos nuevos?
Yo en muchas ocasiones también rechazo probar alimentos nuevos, soy bastante conservadora en lo que a comidas se refiere. Además no es raro en absoluto que un niño tenga en principio reticencias a aceptar lo desconocido.
-3. ¿Rechaza tu hijo tomar verduras y otros grupos de alimentos?
No es raro que un niño no quiera comer verduras, pero dado que hay una variedad tan grande de las mismas y de formas de hacerlas o "camuflarlas" es posible poco a poco ir introduciendo estos alimentos, con paciencia.
-4. ¿Muestra tu hijo gran atracción o rechazo por ciertos alimentos?
Otra pregunta con trampa, y mucha. ¿A qué persona no le gustan más unos alimentos y otros menos? Es absurdo medirlo por esto. Si a mi me pones una lasaña ten muy claro que me voy a lanzar a ella, mientras que si me pones un plato de espinacas te diré que te lo comas tú.
-5. ¿Crea problemas la conducta de tu hijo durante las comidas?
Aquí habría que valorar que se consideran problemas de conducta, porque que un niño quiera jugar en la mesa o al que le cueste estar mucho rato sentado para mi no tiene dichos problemas, pero seguro que habrá para quien si los tenga.
-6. ¿Come tu hijo con excesiva lentitud?
Otra vez debemos hacernos una pregunta, ¿qué se considera excesiva lentitud? Porque los niños no comen a la misma velocidad que un adulto, pero eso no implica lentitud, comen despacio y a su ritmo. Además también dependerá del hambre que tengan y de lo que les guste la comida en cuestión.

Pues bien, a mi me ha dado, evidentemente, que mi hija es mala comedora. Como es lógico yo entiendo que lo que pretenden es vender sus productos y por ello deben intentar "asustar" a las mamás preocupadas por la alimentación de los niños.
Personalmente nunca me ha preocupado mucho el tema de la alimentación, veo que mi hija come bien, unas veces más y otras menos, come variado (aunque haya alimentos que rechace), y que crece bien.
Pero probablemente muchas madres preocupadas porque consideran que sus hijos no comen bien (ya que, además, parece que los niños tuvieran que comer como los adultos) llegan a esa página y se alarmen cuando una fuente, presuntamente formada y profesional, te insinua que tu hijo puede tener riesgo de malnutrición. Pero tranquilas todas que tenemos un gran producto que va a salvar a tu hijo de todos los males, se lo das y ya está (que digo yo, ¿después ya da igual preocuparse de que coma variado, porque ya tiene todos los nutrientes?)

domingo, 17 de abril de 2011

¡Estoy contentísima!

Pues eso, que estoy muy pero que muy contenta porque una de mis mejores amigas está embarazada. Nos lo ha contado hoy en una cena, está ya de más de tres meses pero no nos ha querido decir nada hasta que ha pasado el riesgo, una decisión que me ha extrañado bastante pero que respeto profundamente.
La verdad es que una de las cosas que más me ha sorprendido es (además del propio embarazo en si) que no me haya dado cuenta en tanto tiempo. Pero la verdad es que ella nunca ha fumado, siempre ha sido de las que no beben casi nada cuando salimos. Aunque si lo pienso ahora me doy cuenta de ciertos detalles que podrían haber hecho que saltara la "alarma", como aquella vez que no comió la tapita de jamón con lo que le gusta, el día que se fue a casa pronto porque se encontraba mareada...
Como os podeis imaginar me alegro muchísimo por ella y su novio, pero también me alegro por nosotros, porque, aunque por suerte no me he sentido "descolgada" de mis amigos desde que soy madre no va a ser lo mismo ser la única que tener a otra mamá conmigo.
Otra cosa que me ha llamado la atención es que no ha engordado ni un gramo, no se le nota lo más mínimo la barriga, cuando yo estando de 15 semanas (como está ella) ya tenía un barrigoncio de narices.
Así que eso, si todo va bien en octubre tendremos un nuevo bebé en el grupo, y miedo me da como se lo tome mi niña con lo bien que está ella siendo el centro de todas las miradas, mimos y juegos.

lunes, 11 de abril de 2011

El parque...

Soy una inadaptada en el parque, lo reconozco. Me cuesta muchísimo relacionarme con las otras mamás de parque y, cuando lo hago, acabo siendo el bicho raro, y estoy segura de que la comidilla para el tiempo en el que no estoy. Procuro no ir sola, si puedo voy con papá o con alguna de mis amigas, pero si voy al parque es para estar con mi hija y que ella disfrute, no para hacer corrillo de mamás mientras los niños se pelean en la "selva".

-No soporto que todo el parque se tenga que enterar de cuando tu Pepito tiene que merendar al grito de PEPEEEEEEEEEE VEN A MERENDAR YA O TE DOY UN AZOTE!.

-No soporto las competiciones entre madres de si el mio acaba más rápido la merienda, si el mio habló antes, caminó antes y apredió física cuántica el primero.

-A mi hija la enseño yo a compartir, y siento mucho si mi concepto de compartir difiere del tuyo, pero como, de momento, a mi hija la educo yo, no tienes por qué venir a enseñarle nada. Y me explico, quiero que mi hija aprenda a compartir, de hecho es algo que intento inculcarle pero lo que no soporto es cuando ella está jugando con alguno de sus juguetes y otro niño lo quiere, como mi hija (que está en su legítimo derecho de hacerlo) no se lo deja coge una rabieta y llega la mamá de turno a decirle que tiene que compartir y quitárselo de las manos. No, perdona, mi hija está jugando con eso en ese momento, tiene otros trescientos juguetes que está dispuesta a compartir (de hecho no es la primera vez que la pobre suelta el juguete con el que juega para ofrecerle otro al niño y acaba sin ninguno) así que no me vengas con la letanía de siempre. Porque seguro que si esa mamá está leyendo un libro y se lo quito porque hay que compartir no le haría ni p. gracia.

-Si mi hija se reboza en la arena, el suelo, la hierba o lo que sea, gracias por preocuparte, pero tengo lavadora y secadora, así que déjame a mi que decida si está bien o no.

-No soy una pesada ni coarto su libertadad por jugar con ella o seguirla por dónde va, lo que hago es estar atenta, ayudarla y divertirme con ella, además de intentar que no sufra ningún daño porque vuestros hijos están un poco "asilvestraos" y se la llevan por delante cada dos minutos.

-Me saca de quicio ver a las madres sentadas gritandole a los niños a km, no hagas tal, no te ensucies, como te caigas te doy un azote. Pero no se mueven. Ya puede el niño haberse caído, estar peleándose con otro niño o cualquier cosa que se limitan a gritar.

Y así podría seguir interminablemente. Odio el parque, lo odio con lo más profundo de mi corazón. Así que he decido convertir a mi hija en otra insociable (además, por el momento, prefiere jugar conmigo que con otros niños) así que si vamos al parque es por la mañana, que está practicamente vacío, y por las tardes o jugamos en la terraza o nos vamos a algún parque (tipo jardín, sin columpios ni nada) y estamos la mar de bien con lo que nos llevemos de casa.

jueves, 7 de abril de 2011

Tipo de crianza

Parece que en este mundo una vez eres madre debes ser y hacer determinadas cosas, que varían en función de los gustos de cada uno. Con una velocidad brutal te encasillan y te exigen, te cuestionan y, como parece ser que la libertad consiste en que todo el mundo pueda decidir lo que debes hacer o no sin que uno mismo tenga, practicamente, ni voz ni voto, te ves cuestionada constantemente.

Aparecen de pronto millones de formas de llamar a un tipo de crianza o educación, que parece que debes seguir a pies juntillas todos los "pilares fundamentales" y si no lo haces ya no "eres de los nuestros". Lo importante es seguir compitiendo por ver quien es mejor o peor, quien quiere más o menos. Porque además parece que no existiera el término medio para nada. Lactancia materna vs lactancia artificial. Colecho vs que duerma en su habitación. No dejar llorar por nada del mundo vs dejar llorar hasta que no aguante más. No vacunar vs vacunar. Que si mimas mucho vs que lo ignoras... y así con todo.
Lo importante es que nos sigamos peleando entre nosotras que así estamos entretenidas y que no molestamos en otras cosas.

Pero yo siempre me pregunto qué pasa con esas madres, como yo, que "vamos picando" de lo uno de lo otro (que los demás etiquetan) porque nos guiamos, en definitiva, por nuestro sentido común y lo que consideramos mejor para nosotras mismas y nuestros hijos. Para unos soy una desnaturalizada, para otros una blanda que consiento. Pero lo que creo que todas debemos aprender es que simplemente somos nosotras mismas, ni más ni menos.

Empezando, de nuevo

Durante mi embarazo y un par de meses después del parto tuve un blog. Pero llegado el momento no me sentía agusto con él, el formato, el hecho de que me parecía demasiado público y que me arrepentí mucho de mostrar fotos de mi hija. Así que lo borré y me desentendí durante bastante tiempo del mundo de la blogsfera, también por otros motivos personales.

Pero hace unos meses empecé a seguir en silencio algunos blogs sobre maternidad. A raíz de la iniciativa de mama(contra)corriente y mamásincomplejos de crear Madres Blogueras me ha vuelto a entrar el "gusanillo" y las ganas de tener un blog, así que me he vuelto animar, pero eso si, ahora de una manera distinta, privada y sin exponer a mi hija.